Mediante el análisis del crecimiento histórico durante el siglo XX, se proponen proyecciones de crecimiento urbano tendencial e inteligente para 2030 y 2050. El resultado final integra las evaluaciones previas realizadas sobre los riesgos de desastres y de la vulnerabilidad ante el cambio climático, así como patrones de movilidad sostenible para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, definiendo cinco áreas de acción prioritaria donde el BID podría desarrollar actuaciones de transformación urbana mediante planes de acción.